Barna

Sí, me encanta Barcelona, es mi ciudad, me gusta sus calles, su mar , su color, coger mi bici y echarme a la calle, pedalear, sentir la brisa en mi cara, y mientras pedaleo olfateo las olores de comida, de unas gambas o de un solomillo a la plancha, o si es tarde, cap el capvespre oler a la leña ardiendo en la chiminea de las torre de Gràcia, son placeres sanos.
hoy, sin embargo,la tristeza me invade en una tarde de domingo que desaría tener con quién tomar un te o un café, pero sin embargo estoy sentada en la parte más fría de la casa, con unas "pintas" que pa' ke contar, escuchando Eurythimcs, una espléndida voz para apaciguar está tarde. Hoy, no puedo intentar evadirme a través de uno o dos filmes, o salir a dar una vuelta con mi bici holandesa, ya que está sufrió un percance cuando un coche no freno a su debido tiempo y yo, al ver mi vida peligrar, frené brucamente, bloqueándose los frenos, y no poder ir a ninguna parte, ya con mi dulce bici.
Espero que no sea la Ăşltima vez que subo sobre ella, ya que esa independencia que tenemos los adictos, la necesito para seguir yendo hacia adelante.
Para hacer más profunda mi tristeza , voy acabar la tarde con una buena película: Dolls, de Takesi Kitano, por si aguien no lo sabe, ya que para estupor mio después que ver que la corresponsal española en el Vaticano desconocía de su existencia, y de su importancia en el mundo cinematográfico, es importante hacer hincapié en ello. Ésta confeso y aseguro que en Italia no se conocía director tal., hecho del todo inaceptable, podéis preguntar a cualquier italiano. Por cierto para deleite de algunos, después de la reposición de una de las cosas más interesantes de lo que ha hecho la locura de los asiáticos: Humor amarillo, se puede ver la grandeza de éste gran director.
Ahora, por cierto, estoy escuchando, Barbara Streisand: You don't bring me flowers.